Víctor Sotero, especialista de la institución, advirtió que, con tal grado de contaminación, esas aguas no pueden ser utilizadas por la población local para sus quehaceres diarios. “Hay que monitorear el agua y hacer nuevas pruebas, a lo largo de los próximos meses, hasta que la presencia de estas sustancias llegue a cero”, señaló.
El investigador precisó que se debe hacer un monitoreo de los impactos que se podrían generar a corto y mediano plazo en el agua, sedimento, flora y fauna del área impactada, así como en las diferentes actividades socioeconómicas y en la salud y bienestar de las poblaciones ribereñas del río Marañón.
Así mismo, plantea formar una comisión técnica multisectorial para la evaluación de los impactos ambientales y socioculturales, y establecer un sistema de monitoreo permanente de la calidad del agua, de los peces y de las plantas cultivadas en el río para, así, minimizar las consecuencias de la contaminación.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo de Loreto, en las riberas del río Marañón viven cerca de siete mil pobladores y al menos cuatro mil resultaron afectados directamente por el derrame de crudo.
La empresa Pluspetrol ha enviado al lugar agua y alimentos para los damnificados. Sin embargo, habitantes de 29 comunidades indicaron que aún no han sido atendidos por la referida empresa.