Fujimori llegó al poder en 1990 tras derrotar en una inesperada victoria al escritor Mario Vargas Llosa, en un contexto de profunda crisis económica e inestabilidad política. Su gobierno fue caracterizado por las políticas de ajuste estructural, que estabilizaron la economía, pero también por la implementación de medidas autoritarias, como el autogolpe de 1992, en el que disolvió el Congreso y reestructuró el sistema judicial, lo que le permitió consolidar el poder.
Durante su mandato, las Fuerzas Armadas y la policía llevaron a cabo operaciones de contrainsurgencia que lograron desarticular a Sendero Luminoso y al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Sin embargo, estas acciones también generaron denuncias de graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo las masacres de La Cantuta y Barrios Altos, por las cuales Fujimori fue posteriormente condenado.
En el año 2000, su tercer mandato llegó a un abrupto final cuando huyó a Japón en medio de un escándalo de corrupción relacionado con su entonces asesor Vladimiro Montesinos. En 2005, Fujimori fue arrestado en Chile y extraditado al Perú, donde enfrentó diversos juicios y fue condenado por violaciones a los derechos humanos y corrupción, sentencias que lo mantuvieron en prisión hasta que fue indultado por razones humanitarias en 2017, aunque dicho indulto fue revocado brevemente.
En sus últimos años, Fujimori mantuvo un bajo perfil, aunque su legado continuó generando intensos debates en la sociedad peruana. Para sus seguidores, fue el hombre que salvó al país del terrorismo y la hiperinflación; para sus detractores, fue un dictador responsable de crímenes contra la humanidad y corrupción sistémica.
El expresidente murió en libertad, beneficiado por un fallo Tribunal Constitucional. Hasta su muerte, Fujimori permaneció como una figura clave en el espectro político peruano, con su hija Keiko Fujimori como líder del partido Fuerza Popular y candidata recurrente en las elecciones presidenciales.
Alberto Fujimori deja un legado profundamente dividido en la historia del Perú. Mientras algunos sectores lamentan su fallecimiento y reconocen sus contribuciones, otros recuerdan las sombras de su mandato. La noticia de su muerte ha generado reacciones diversas tanto en el ámbito político como social del país.