Durante la revisión, los inspectores encontraron más de 10 kilos de pollo en descomposición almacenados dentro de una refrigeradora, poniendo en grave riesgo la salud de sus comensales. Pero eso no fue todo, también se descubrió carne trozada en un lugar impensable y altamente inapropiado: ¡la puerta que daba al baño! Un claro indicativo de la falta de criterio y de las pésimas condiciones de higiene que se manejaban en el local.
La situación se tornó más tensa cuando, al percatarse de la presencia de los inspectores sanitarios, los cocineros decidieron abandonar el establecimiento, dejando aún más dudas sobre las prácticas que se llevaban a cabo dentro de la cocina.
El cierre de este establecimiento es un llamado de atención para todos aquellos que disfrutan de la comida oriental en Pueblo Libre. Es crucial revisar las condiciones higiénicas de los lugares donde comemos y confiar en las instituciones que velan por nuestro bienestar. Por el momento, se recomienda evitar consumir alimentos en lugares que no cuenten con las garantías sanitarias necesarias. 🍜🚫🦠
