La Asociación Médica Peruana denuncia el ingreso subrepticio al país de semillas genéticamente modificadas, productos derivados y posiblemente peces transgénicos y que frente a estos hechos, el gobierno aplique “la política del hecho consumado”.
“Se ha permitido el ingreso de estos productos transgénicos que atentan contra la salud de la población y el medio ambiente dándose posteriormente la reglamentación a este hecho” señaló el presidente de la AMP, Herberth Cuba García, quien sostiene, además, que esta estrategia ya ha sido utilizada en otros países.
El gobierno del Perú ha dejado de mirar el contexto internacional en relación a los transgénicos, cuya expresión se ha evidenciado con lo ocurrido en los países desarrollados de la Unión Europea y México donde el diseño de la política nacional de la biotecnología moderna es lo que les ha permitido tomar decisiones para prohibir, invocando el principio precautorio, la siembra y consumo de algunos transgénicos.
El dirigente médico señaló que el Ministerio del Ambiente debe tener una participación activa y rectora en el diseño de la política nacional sobre biotecnología moderna por la transectorialidad que le es inherente. Así también, corregir la conducción de un solo sector, es decir, el Ministerio de Agricultura, a través del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA).
La AMP sostiene que el INIA, ente rector sobre investigación agraria, debe tener una posición científica, imparcial y objetiva ajena a presiones políticas, económicas y sociales; sin embargo, Iejos de eso, promueve el ingreso y comercialización de los productos transgénicos, tomándose atribuciones que no le corresponden y cuya consecuencia es el daño a la megadiversidad y centros de origen de nuestro país, por los escapes de genes ya comprobados. Además del impacto negativo en la agricultura y salud pública.
Los países europeos con buen criterio, invocan el principio precautorio que significa que ante la duda de daño que pudiera presentar cualquier producto para la salud humana, es preferible no consumirlo. Los daños reportados a la salud pública incluyen: alergias, enfermedades inflamatorias crónicas, daños inmunológicos y probabilidad de cáncer por la transferencia horizontal de genes, etc.
Productos etiquetados
Al encontrarse inevitablemente ya en comercialización algunos productos transgénicos, es importante que sean etiquetados para precisar las relaciones de causa efecto del posible daño en humanos, ya advertido en pruebas con animales. Así los consumidores pueden ejercer sus derechos contra esta industria, autoridades y otros relacionados con ella, exigiendo que asuman sus responsabilidades penales y civiles.
“Con el etiquetado, el consumidor recibe una información completa y oportuna, tanto de los beneficios como de los riesgos al consumir un alimento transgénico, ejerciendo así la libertad de elección” agregó Cuba García.
Por lo expuesto, la Asociación Médica Peruana reitera que nuestro país debe proteger su enorme biodiversidad, los centros de origen y el impacto negativo en la salud de los peruanos apostando por un Perú cuyo territorio sea libre de transgénicos.
Fuente: Asociación Médica Peruana