Según el grupo Givar, la carencia periódica de los medicamentos en hospitales del Minsa, EsSalud y la PNP que afecta a los pacientes desde el 2010, lleva a una situación preocupante a dichos pacientes que cada vez necesitan tratamientos más costosos y agresivos ante la mutación del mortal virus.
Uno de los pacientes, C.J.B., chalaco de 62 años, se enteró en el 2002 que contrajo el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Al principio, creyó que con el consumo de antirretrovirales podría llevar una vida normal; sin embargo, en todo este tiempo ha sufrido seis veces la interrupción de sus tratamientos por desabastecimiento en el hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud.
No solo es C.J.B. quien se ve afectado por la ineficiencia del servicio, al año se reporta, en promedio, 84 reclamos por la escasez de estos medicamentos. Esta situación pone en riesgo la vida de los pacientes, pues el virus se torna resistente a los fármacos.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, desde el 2012, hay 76 mil peruanos infectados con VIH.
El Grupo Impulsor de Vigilancia de Desabastecimiento de Antirretrovirales (Givar) informa que, desde que iniciaron sus labores en octubre del 2010, se han reportado 338 denuncias por la falta de estos fármacos, tanto en EsSalud, el Ministerio de Salud (Minsa) como en el Fondo de Salud Policial.
"El año con mayores reportes de escasez fue el 2012 con 125 casos, solo en EsSalud. Y en lo que va de este año hemos tenido 25 quejas", revela Marlon Castillo, coordinador de Givar. Dichas cifras solo nos dan una idea de la gravedad del problema que sería mucho mayor pero muchas de las personas contagiadas no denuncian por temor a que se revele su identidad.
Huancayo es la ciudad más afectada del país debido a esta carencia, el Minsa no abasteció de antirretrovirales durante los meses de abril, mayo y junio.
De acuerdo a los registros del Minsa, existen 22 mil 600 personas que reciben tratamiento para el VIH. La asociación sin fines de lucro, "Sí, da vida", que ofrece asesoría gratuita a estas personas infectadas, estima que con esta crisis se perjudica a más de 2 mil pacientes que se les administra el antirretroviral Tenofovir. Los proveedores tardan de 2 a 3 semanas, en el mejor de los casos, para hacer entrega del producto durante los últimos meses del año.
En agosto último, un grupo de pacientes que se atiende en el Minsa denunció la demora en la entrega gratuita de los antirretrovirales Tenofovir y Abacavir en los hospitales Arzobispo Loayza, María Auxiliadora, Cayetano Heredia, San José y Daniel Alcides Carrión, entre otros. Sin embargo, a la fecha, el Minsa logró superar la crisis.
Sin ir muy lejos, a inicio de este mes, Givar recibió los reclamos de 3 pacientes por la interrupción en las entregas de otros antirretrovirales llamados Raltegravir y Darunavir en el hospital Rebagliati.
"Basta que un solo día no se administren los antirretrovirales para que se quiebre una terapia y el virus cree resistencia al mismo medicamento", afirma Castillo.
La interrupción del tratamiento expone al paciente a la alta mutabilidad en la estructura genética del VIH.
Esta advertencia es también apoyada por Andrés Paredes, médico infectólogo del Hospital de la Policía, aunque aclara que depende de la vida media del antirretroviral. "Hay algunos medicamentos que tienen una larga vida media de las que se puede prescindir una o dos dosis, pero lo ideal es no detener la administración nunca".
El perjuicio no solo es para el enfermo, agrega, sino también para el mismo Estado, que por este descuido (que asegura no es por falta de dinero, sino por deficientes mecanismos de compra a nivel estatal o falta de previsión al momento de hacer los pedidos) debe invertir más millones de soles para empezar tratamientos más agresivos.
Robinson Cabello es presidente ejecutivo de la ONG Vía Libre que ofrece tratamiento para infectados, gracias a antirretrovirales donados por el Minsa.
Sin embargo, denuncia que desde hace dos años este ministerio fracciona las entregas de estos medicamentos. "Si antes nos daban abastecimiento para tres meses, ahora lo hacen para 15 días o un mes", revela, preocupado.
Debido a ello, muchos de los 1.250 beneficiados con los tratamientos en Vía Libre dejan de acudir a su local, cansados de esta situación. "Desde el 2005 hemos tenido unos 150 abandonos a los tratamientos... y lo peor es que solo en este año, unas 40 personas ya desertaron", advirtió Cabello.
Fuente: Noticia Local - La República
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