Ángela Bachiller es la primera concejal de España con síndrome de Down al tomar posesión de su cargo en el Ayuntamiento de Valladolid haciendo palpable el ejemplo de superación que ha conquistado a toda España.
La joven, tranquila y sonriente en todo momento, ha conseguido por sus propios méritos hacer historia en la política. Sin llegar aun a la treintena la nueva edil da un paso más en una brillante trayectoria en la que ha podido desarrollar su vida personal y profesional con total normalidad.
Por ello, como una más, ayer lunes recibía de manos del alcalde de la ciudad, Francisco Javier León de la Riva, la medalla que le acredita como nueva edil, además de la oportunidad de desarrollar una nueva vía de trabajo dentro del consistorio donde ya trabaja como auxiliar administrativa desde hace años.
Un acto donde la emoción y los aplausos de familiares y recientes compañeros han encumbrado a Ángela como la protagonista de la jornada en lo que supone un paso más hacia la normalización de las personas con discapacidad, encarnado en la figura de esta valiente mujer que ya es una más dentro en el Consistorio
Ni ella misma podía imaginar que cuando atendió la llamada delPartido Popular deValladolid para formar parte de las listas electorales de las municipales de 2011 iba camino de hacer historia en la política española y de convertirse en un referente y un ejemplo para las personas con algún tipo de discapacidad.
Dos años después de los comicios, su tesón y valentía, unidas a la voluntad de los ciudadanos en las urnas (los populares lograron 17 ediles y ella era la número 18 en la lista), la dimisión de un edil y el empeño del alcalde, Francisco Javier León de la Riva, han hecho que Ángela se convierta en la primera edil con síndrome de Down de España.
Bachiller sustituye a Jesús García Galván, que dimitió hace unas semanas al ser citado como acusado en el juicio del denominado «caso Arroyo». Antes incluso de la marcha de Galván, De la Riva ya anunció delante de la Reina -en la entrega de los Premios a la Accesibilidad- que Bachiller sería la nueva edil del consistorio. Tanto ella como su familia habían aceptado ya en ese momento la responsabilidad y el regidor lo hacía oficial.
Por expreso deseo de su familia, la joven se ha mantenido durante estos meses alejada de los medios de comunicación a la espera de que tomara posesión de un cargo que en principio no acarreará la asunción de un área de gestión. Esta reserva contrasta con el carácter abierto y la actividad constante que, según sus más cercanos, despliega Ángela Bachiller. Y es que además de su trabajo en el propio Ayuntamiento como auxiliar administrativa, ocupa su tiempo libre en actividades tales como el aprendizaje del inglés y sus estudios musicales de piano, preferentemente.
Su primera labor tras haber tomado posesión como concejal consistirá en su participación en un pleno municipal en el que se tratarán temas tan variados como la adhesión de Valladolid a la Red de Ciudades para la Accesibilidad, el plan de pago a proveedores y la promoción del vehículo eléctrico entre otros asuntos.
El nombramiento ha provocado una satisfacción generalizada. Desde la concejal de Bienestar Social, Rosa Hernández -su valedora-, que destaca su buen desempeño en el puesto que ocupa, hasta la propia ciudadanía de Valladolid y los colectivos sociales, todos avalan y aplauden la confianza depositada en Ángela. Así lo destaca, por ejemplo, Manuel Velázquez, presidente de la Asociación Down Valladolid, en la que la joven, que ronda los 30 años, participa activamente: «Es fantástica y encantadora en lo personal, muy trabajadora, muy luchadora y muy comprometida con lo que hace», asegura.
Un «gesto de normalidad»
En la misma línea, el gerente de Down España, Agustín Matía, cree que esta noticia «positiva» supone «un gesto de normalidad y de reconocimiento a la incorporación de personas con discapacidad a la participación social, civil y política», además de que sirve «para romper clichés».
Mientras, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) confía en que «esta situación, que hoy es la excepción y por eso llama la atención», sea la «expresión de la avanzadilla» de un proceso de acceso y presencia de personas con alguna minusvalía en la gestión de los asuntos públicos. Sin embargo, el Cermi critica que, mientras Bachiller asume esta responsabilidad política, «nuestra legislación electoral permite privar del derecho de sufragio a otras personas».
Fuente: Noticia Local - ABC
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