Lima, 06 / 05 / 2008
César Herrera Velásquez ha cumplido su sueño: crear un grifo ahorrador de agua y con su invento contribuir a preservar este líquido, especialmente ahora en que aumenta la preocupación mundial por el cambio climático y la escasez del recurso hídrico.
Para este electricista chalaco, que estudió en el Senati, su invento aumentará en importancia conforme la gente vaya tomando conciencia de la necesidad de cuidar el agua, no sólo por un acto de solidaridad y de responsabilidad con los demás, sino porque esto le significará un ahorro a la hora que le llegue la factura por consumo.
¿Qué diferencia al invento de Herrera de los caños convencionales, de perilla, instalados en baños, cocinas o lavanderías? Algo simple, pero en la que reside la creatividad nacida de su preocupación: El sistema esencial del grifo se basa en una línea magnética y, por tanto, sin fricción de piezas, lo que prolonga la durabilidad del sistema.
El equipo consta de una válvula a la que está acoplada una varilla que, al ser desplazada, permite la salida del agua por el tiempo necesario como por ejemplo, cuando uno se lava las manos, cara o dientes. Es decir, basta un ligerísimo movimiento de la varilla para accionar el caño y dejar salir el agua. Para mantener la válvula del caño abierta, solo basta levantar la varilla que, a su vez, es atraída por el imán, permitiendo el paso continuo del chorro de agua.
“Mi preocupación siempre fue la necesidad de cuidar el agua. Nunca comprendí por qué no se había inventado un caño que impidiera el derroche del líquido”, dice el inventor de 50 años. Luego señala que en relación con un caño convencional, su equipo permite ahorrar entre el 85% y 90% de agua a la hora de la higiene personal o en otro menester doméstico.
La grifería fue probada y aprobada en los laboratorios de Sedapal en 2007. Ahí se certificaron cinco de estos equipos ahorradores.
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