El 15 de agosto del 2012, después de más de nueve meses de investigación en la macroregión norte (Cajamarca, Lambayeque, La Libertad y, parcialmente, Amazonas), afirme lo siguiente: los "Clanes del narcotráfico en el norte manejan universidades clubes deportivos". Esa afirmación lo dije en una entrevista en el programa La Hora N y, al día siguiente, jueves 16, fue publicado por el diario El Comercio. Esa afirmación –según me comunico un amigo periodista- provoco que un empresario-político de una de las regiones del norte se sintiera aludido e intentara responder a mi aserto general. No lo hizo.
Fue ese intento de respuesta de dicho empresario anónimo, dicho sea bastante conocido, la prueba que mi afirmación había acertado y cogido carne sensible en esa parte del país: nadie se puede –menos si no se mencionó su nombre- sentirse aludido e intentar responder, si no tiene rabo de paja o que –parafraseando un aforismo popular- el “guante” le haya caído y el haya querido “chantarse”. Lo real, más allá que no se haya investigado el auge de universidades y clubes deportivos en el norte, es que los clanes del narcotráfico manejan o lavan activos en esas dos actividades. Es vox populi.
En consecuencia, no solo se mantiene vigente la afirmación-conclusión que señale el mes de agosto del 2012, sino que -en esa amplia área del país- se ha sumado –no hace mucho- un nuevo club deportivo. Es decir que crece el lavado de activos en los clubes deportivos. Eso sí, al igual que el 2012, que no señalamos los nombres de las universidades y clubes deportivos, esta vez tampoco daremos el nombre de ese nuevo club. ¿Por qué? Pues si lo hago, inmediatamente me pueden querellar por difamación agravada. La identificación e
investigación de dichas universidades y clubes deportivos es
responsabilidad de los organismos jurisdiccionales.
Sin embargo, no solo en la macroregión norte los clanes del narcotráfico manejan o –para ser más precisos- lavan activos en universidades y clubes deportivos. Eso sería una mirada parcial y sesgada. No es así. Es, entiéndalo bien, algo que viene ocurriendo en otras regiones del Perú. Es decir que no se constriñe a la macroregión norte, sino que es un fenómeno que cruza transversalmente un significativo número de regiones del país. Esa transversalidad involucra a regiones que son de producción de coca y cocaína, pasando por regiones que son de transito de la droga hasta regiones de acopio y embarque.
En efecto, el manejo de clubes deportivos ocurre en, por lo menos, siete regiones del país: Ayacucho, Huánuco, Apurimac, Ucayali, La Libertad, Cajamarca, Lambayeque, etc. Lo más grave es que la mayoría de los clubes están en el campeonato de descentralizado. Y, al encarnar la identidad regional, lo han utilizado como catapulta para acceder a los niveles de gobierno derivados de la voluntad popular: municipalidades distritales, provinciales y gobierno regionales.
Para darse cuenta basta con preguntarse como estos equipos pagan -sin problemas- la planilla de jugadores y equipo técnico, mientras los equipos tradicionales, U y Alianza Lima, tienen problemas económicos para pagar sus planillas. Así, los clanes peruanos reproducen una práctica de los antiguos carteles colombianos. El manejo de clubes deportivos por los narcotraficantes lo hicieron los carteles colombianos, Cali y Medellín. Estos lavaban activos en los principales clubes deportivos colombianos.
En el caso de lavado en instituciones de estudios superiores, es más amplio y vasto. Arranco en el norte y Lima y se han extendido, como una pandemia, por la mayoría de las capitales regionales del organismo regional. Sus modernas infraestructuras (que implica calidad educativa ni buena remuneración para la plana docente), que han aparecido como hongos o de la nada, son una muestra de lo que estamos afirmando. Y, en pocos casos, hasta poseen helicópteros. Algo completamente nuevo y sorprendente en las universidades del Perú.
"Y como lo hacen, como reza un tema de Frankie Ruiz - yo no sé. Cuál es el negocio, sepa usted”. Eso lo sabe la población de cada región. Pero, las autoridades encargadas de realizar investigaciones de lavado de activos no hacen nada. Es, pues, por el bien de la formación profesional y el deporte, necesaria una investigación profunda a dichas universidades y clubes deportivos que han crecido espectacularmente en los últimos 15 años.
Coralario: los clanes del narcotráfico no solo manejan o lavan activos en universidades y clubes deportivos profesionales en la macro-región norte sino en otras regiones del país. Finalmente, este proceso está en crecimiento y ascenso que nadie fiscaliza e investiga. Estamos advertidos.
Fuente: Jaime Antezana Rivera
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