El Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio de Salud estimó que más de 400 mil personas a nivel nacional padecen de alguna discapacidad severa que les impide movilizarse, como hemiplejía y parálisis, informó el titular de esa entidad, Fernando Urcia Fernández.
“A nivel nacional, el 10% de la población peruana padece de alguna discapacidad y, de este número, el 16% presenta alguna discapacidad severa que le impide trasladarse. Es decir, 400 mil personas no pueden movilizarse por sí solos en la ciudad, siendo un gran soporte y una necesidad la existencia de vehículos acondicionados”, manifestó el médico.
Sobre esta problemática, Urcía Fernández dio a conocer que numerosos pacientes abandonan inclusive su tratamiento de rehabilitación por el alto costo que les demanda movilizarse, a pesar de que el Instituto Nacional de Rehabilitación otorga la exoneración de la consulta y el tratamiento a personas de escasos recursos económicos.
“Nuestra Institución exonera de la consulta y tratamiento a las personas de escasos recursos económicos; en eso no tenemos problemas. Sin embargo, nos lamentamos al ver que muchas veces estos pacientes dejan el tratamiento porque deben trasladarse en taxi dos o tres veces por semana, y muchas veces no pueden costear este gasto”, señaló el funcionario.
En este sentido, explicó que los vehículos para personas con discapacidad son parte de una estrategia exitosa en otros países, como Estados Unidos y Japón, y en Sudamérica, en Colombia y Brasil, principalmente.
“Estos vehículos están en funcionamiento en diferentes países de Europa y América. Cada una cuenta con rampas eléctricas, sillas ortopédicas, cinturones de seguridad especiales y de doble refuerzo, botones en niveles bajos al alcance de los usuarios. A su vez, cuentan con un espacio suficientes para las sillas de ruedas”, remarcó Urcia Fernández.
Asimismo, dio a conocer los numerosos beneficios fisiológicos y psicológicos del funcionamiento de estos vehículos, tales como son darle una mayor independencia personal y laboral a la persona con discapacidad, así como la disminución de lesiones que pudieran empeorar su estado de salud.
“Muchos vehículos prefieren no recoger a una persona con discapacidad, demostrando con esta actitud su indiferencia, discriminación y la marginación. Esto puede ocasionar un cuadro psicológico de desmotivación y depresión en la personas con discapacidad, que sienten impotencia al no poder defenderse”, lamentó el médico.
Fuente: Noticia Local - Andina
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