Lima, 09 / 12 / 2007
El cuento de la educación superior. Sólo el 15 por ciento de las más de 500 filiales que tienen las universidades a nivel nacional cuenta con autorización, de acuerdo a las indagaciones que ha hecho sobre el tema el legislador Pedro Santos Carpio, presidente de la Comisión de Educación del Congreso.
Santos explicó que lo que se necesita ahora es ver dónde está la raíz del problema, si en la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) o en el Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (Conafu).
En ese sentido, adelantó, la Comisión de Educación invitará para su próxima reunión a los representantes de la ANR y el Conafu para que expliquen cómo se viene otorgando la autorización para el funcionamiento de dichas filiales.
Puso como ejemplo de este “muy grave problema” a Arequipa, ciudad donde existen 23 universidades, de las cuales menos de la tercera parte cuenta con la autorización correspondiente.
“Si bien tienen aceptación en la población y un mercado grande que se nutre tanto de egresados de la educación secundaria como de institutos, lo malo es que estas filiales otorgan títulos profesionales y postgrados, con una enseñanza y calidad que deja mucho que desear, pues no cuentan con la acreditación correspondiente”, afirmó.
Recordó, por ejemplo, que parte del mercado de estas filiales son los egresados de los institutos pedagógicos, que no cuentan con el grado de bachiller, pero se les acepta que hagan postgrados universitarios.
Santos explicó que lo que se necesita ahora es ver dónde está la raíz del problema, si en la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) o en el Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (Conafu).
En ese sentido, adelantó, la Comisión de Educación invitará para su próxima reunión a los representantes de la ANR y el Conafu para que expliquen cómo se viene otorgando la autorización para el funcionamiento de dichas filiales.
Puso como ejemplo de este “muy grave problema” a Arequipa, ciudad donde existen 23 universidades, de las cuales menos de la tercera parte cuenta con la autorización correspondiente.
“Si bien tienen aceptación en la población y un mercado grande que se nutre tanto de egresados de la educación secundaria como de institutos, lo malo es que estas filiales otorgan títulos profesionales y postgrados, con una enseñanza y calidad que deja mucho que desear, pues no cuentan con la acreditación correspondiente”, afirmó.
Recordó, por ejemplo, que parte del mercado de estas filiales son los egresados de los institutos pedagógicos, que no cuentan con el grado de bachiller, pero se les acepta que hagan postgrados universitarios.
Fuente: Noticia Local - Agencias
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