El cortejo fúnebre partió a las 11:00 horas del barrio Chontapaccha y recorrió las principales calles del centro de la ciudad, recibiendo el aplauso del público que se detuvo para despedir al “rey de la alegría”.
Al ingresar a la Plaza Mayor, cientos de personas, la mayoría turistas que gozó y disfrutó de la fiesta, lo esperaban para lanzarle flores y fotografiarse con el ataúd del mítico personaje que iba sobre una carroza adornado de coronas, globos y serpentinas multicolores.
Como en todas las actividades, los representantes del Patronato del Carnaval encabezaron el recorrido acompañado por grupos de niños, jóvenes y adultos de diversos barrios que lucieron sus coloridos trajes de patrullas y comparsas, y siempre al ritmo del carnaval entonado por la banda de músicos de la municipalidad provincial.
El sepelio fue custodiado por efectivos de la Policía Nacional y Serenazgo, que garantizaron el orden y seguridad del público que participó en la actividad.
La delegación de Patronato de Cajamarca, presidido por Rosario Novoa, y de Baños del Inca, por Almilcar Marcelo, se encontraron en el balneario turístico con los restos de ambos personajes y juntos avanzaron hasta el patio del albergue donde se desarrolló al ceremonia de despedida, contado con la presencia de las reinas de ambos distritos y la banda del Batallón de Infantería Motorizada (BIM Zepita).
En la lectura de los testamentos, el Ño Carnavalón de Cajamarca y de Baños del Inca coincidieron en agradecer a los miles turistas nacionales y extranjeros por haber compartido momentos inolvidables durante los días de fiesta, deseándoles que su estadía en esta ciudad haya sido de lo mejor y nuevamente retornen el próximo año.
Luego de la ceremonia se procedió a incinerar los ataúdes ante la ovación del público y la tristeza de las viudas que tuvieron que resignarse observando cómo el fuego convertía en cenizas los restos del “rey de la alegría”, que retornará en febrero de 2010.
Fuente: Noticia Local - Andina