El proyecto organiza sus exigencias en seis áreas clave, que van desde el marco normativo y el modelo pedagógico específico, hasta la infraestructura tecnológica y la capacitación docente. El reglamento obliga a las universidades a justificar la pertinencia de su oferta académica, a seleccionar y capacitar adecuadamente a su cuerpo docente, y a proveer servicios complementarios esenciales como tutorías, bibliotecas virtuales y actividades de investigación formativa. Además, requiere plataformas virtuales robustas y garantiza que los componentes presenciales, como prácticas o laboratorios, se realicen cumpliendo con óptimos estándares de calidad.
La Sunedu ha sometido la iniciativa a consulta pública hasta el 17 de diciembre, invitando a la ciudadanía y a la comunidad universitaria a enviar comentarios y aportes a través del correo electrónico o un formulario virtual. Una vez que el reglamento entre en vigencia, la Sunedu verificará su cumplimiento mediante supervisiones periódicas y ha establecido un plazo de adecuación de un año para que las universidades realicen los ajustes necesarios en su oferta y procesos internos, asegurando así un mejor nivel de formación no presencial en el país.
