El notario subrayó la importancia de la formalización y la seguridad jurídica, señalando que la inscripción de un inmueble en Registros Públicos brinda estabilidad, incrementa su valor y garantiza su correcta transmisión tras el fallecimiento, reduciendo el riesgo de litigios. Además, Gonzales explicó que, si bien existe la opción económica del testamento ológrafo (escrito a mano), su validez estricta depende del cumplimiento riguroso de formalidades, como estar enteramente escrito y firmado por el testador, incluir fecha y lugar, y ser lacrado y custodiado por una notaría.
El especialista recordó que en Perú la ley protege a los herederos forzosos (hijos, padres y cónyuge), quienes siempre tienen derecho a una porción de la herencia, limitando la libre disposición total de los bienes por parte del testador. En caso de no existir herederos forzosos ni testamento, los bienes pasan al Estado. Como alternativa para quienes desean transferir su propiedad en vida sin perder el derecho a ocuparla, Gonzales mencionó la constitución de un usufructo vitalicio, una figura que se inscribe en Registros Públicos y actúa como una garantía legal. Finalmente, recomendó revisar y actualizar el testamento con cada cambio familiar o patrimonial importante, asegurando la presencia de todos los herederos en la lectura para evitar futuros conflictos.

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