El encuentro se desarrolló en la localidad de Antioquía, al norte de Loreto, y participaron representantes de las comunidades de José Olaya, Nueva Jerusalén y Sauki. También asistieron dirigentes de la Federación de Comunidades Nativas del Río Corrientes (Feconaco).
Asimismo, el gerente general de Pluspetrol Norte SAC, Roberto Ramallo, y funcionarios de entidades estatales, informó la ONG Shinai.
“En esta reunión hemos hablado clara pero firmemente, sobre nuestro derecho a la salud, alimentación y a la vida y la decisión de nuestro pueblo de no permitir la explotación de nuevos pozos debido a los altos niveles de contaminación que estamos enfrentando”, dijo en idioma achuar, el apu de Nueva Jerusalén, Tomás Maynas.
Shinai afirma que aunque la apertura de cinco nuevos pozos, fue aprobado en 1997 por el Ministerio de Energía y Minas, estos no cuentan con la aprobación de las comunidades, en cuyas tierras se pretende iniciar las operaciones.
La referida organización afirma que la medida adoptada por las comunidades, en su asamblea realizada en julio pasado, se adoptó tras considerarse que no se ha avanzado en el cumplimiento del Acta Dorissa, suscrita hace nueve meses entre el Estado, Pluspetrol Norte y las comunidades.
En ese documento, la empresa se comprometió a la limpieza de las zonas contaminadas, a la reinyección al subsuelo de las aguas tóxicas de producción, a la instalación de suministro de agua limpia para el consumo humano, etc.
Shinai asegura que a estos problemas se suman nuevos derrames de petróleo, como los ocurridos en las comunidades de Nueva Jerusalén y Antioquia.
El primero de esos incidentes se registró el 8 de julio y afectó a 16 kilómetros de la zona ubicada cerca al lote 1AB y a las aguas del río Macusari. El segundo derrame se registró el 25 de julio, en la quebrada de Tseku, extendiéndose a 5 kilómetros de la zona, ubicada en la comunidad de Antioquia.