Los especialistas del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (Sisol) advierten que una decepción que no se supera a tiempo o no es tratada adecuadamente puede afectar la salud física de la persona, provocando dolores de cabeza, depresión y otros malestares graves.
De acuerdo a la Lic. Eva Caballero, psicóloga del Sisol, el organismo no diferencia entre el dolor físico o psíquico, por lo que rápidamente transforma el sentimiento en una reacción química que puede hacerlo colapsar y que en casos muy graves llevar hasta la muerte.
Explicó que como seres humanos nos creamos muchas expectativas ante las relaciones, el trabajo, el medio social, en general, y al tener un resultado contrario al esperado se genera el estado de decepción.
“Estas situaciones que vivimos cada día, pueden ser pequeñas o grandes, las más frecuentes son las decepciones por relaciones de pareja o de amigos. En estos vínculos se crean muchas expectativas por alguien a quien se idealiza, que al no corresponder del mismo modo, ocasiona dolor en la persona”, comentó.
Caballero agregó que las personas vivimos en una continua decepción porque desde pequeños no nos enseñaron a ser conscientes de las oportunidades que tenemos, tener una mente abierta para ser creativos, evaluar qué nos puede afectar si tomamos una decisión equivocada, dar solución a los problemas, desarrollar valores y habilidades para asumir responsabilidades.
Finalmente, la especialista indicó que se puede sacar partido a una decepción. “Cuando nos demos cuenta que este tipo de crisis es una oportunidad para aprender a tomar decisiones y aceptar que todo va cambiando a pesar que mostremos resistencia, nos transformaremos en mejores personas cada día”, expresó.
De acuerdo a la Lic. Eva Caballero, psicóloga del Sisol, el organismo no diferencia entre el dolor físico o psíquico, por lo que rápidamente transforma el sentimiento en una reacción química que puede hacerlo colapsar y que en casos muy graves llevar hasta la muerte.
Explicó que como seres humanos nos creamos muchas expectativas ante las relaciones, el trabajo, el medio social, en general, y al tener un resultado contrario al esperado se genera el estado de decepción.
“Estas situaciones que vivimos cada día, pueden ser pequeñas o grandes, las más frecuentes son las decepciones por relaciones de pareja o de amigos. En estos vínculos se crean muchas expectativas por alguien a quien se idealiza, que al no corresponder del mismo modo, ocasiona dolor en la persona”, comentó.
Caballero agregó que las personas vivimos en una continua decepción porque desde pequeños no nos enseñaron a ser conscientes de las oportunidades que tenemos, tener una mente abierta para ser creativos, evaluar qué nos puede afectar si tomamos una decisión equivocada, dar solución a los problemas, desarrollar valores y habilidades para asumir responsabilidades.
Finalmente, la especialista indicó que se puede sacar partido a una decepción. “Cuando nos demos cuenta que este tipo de crisis es una oportunidad para aprender a tomar decisiones y aceptar que todo va cambiando a pesar que mostremos resistencia, nos transformaremos en mejores personas cada día”, expresó.
Fuente: Noticia Local - Comunicaciones SISOL