Por: Elmer Torrejón Pizarro. Antropólogo
etpizarro@hotmail.com
La revocatoria es un instrumento democrático que tienen los
ciudadanos como parte de sus derechos fundamentales a la participación
política, está reconocida constitucionalmente en la Carta Magna (Artículo 2,
numeral 17) e implica un proceso de destitución de sus cargos a las autoridades
elegidas. Este instrumento permite destituir de sus cargos a los alcaldes,
regidores, presidentes regionales, vicepresidentes y consejeros regionales que
han perdido legitimidad del voto popular por diversas acciones que incumben la
vida personal o la gestión de la autoridad electa.
Una gestión poco transparente o ineficiente, cargados de
tintes de corrupción o problemas personales como juicios y delitos, son las
características principales que tienen las actuales autoridades que están en
proceso de revocatoria. Aunque hay que reconocer que muchas revocatorias están
cargados de “matices políticos”, propios de los partidos, movimientos o
personas que perdieron las elecciones en su distrito, provincia o región; y que
lamentablemente no dejan trabajar a una autoridad elegida.
Pero una revocatoria, ¿significa un avance o retroceso para
la comunidad?, esa es una pregunta que debemos analizar. Tenemos autoridades
elegidas que prometieron el “oro y el moro”, nombrándose “salvadores” e
indispensables; pero lamentablemente no han demostrado en su gestión las
promesas electorales “endulzadas” para los ciudadanos. También tenemos
autoridades que se presentaron “limpios y pulcros” como candidatos, y ahora
resulta que arrastran diversas denuncias judiciales por violaciones, robos,
asesinatos, corrupción, etc.; es decir y tomando términos coloquiales, “unas
joyitas” completas.
Respondiendo la pregunta. Este tipo de autoridades electas
resultan ser un RETROCESO para el desarrollo de nuestros pueblos, y
lamentablemente la culpa no solo es de esta autoridad ineficiente, poco
transparente, que no cumple con sus promesas, cargado de juicios y valores
morales por los suelos; también lo tiene la culpa el votante que no se informa
adecuadamente sobre sus candidatos o que en todo caso, “vende” su voto por un “plato
de lentejas” (una bolsa de azúcar, un polito, una caja de cervezas, un
chuchuhuasi, una fiesta social, etc) y las consecuencias lo estamos conociendo
hoy. No sabemos elegir, descartamos a las personas probas y capaces, y elegimos
“aprendices de políticos y gestores”.
Pero también la culpa recae en los partidos políticos y
movimientos regionales, que no poseen un potencial adecuado de políticos,
profesionales y técnicos idóneos, con valores, transparentes y con probada
capacidad en el manejo de la gestión pública a nivel político y técnico. En
Amazonas y el país tenemos esta deficiencia, y los resultados ahora revientan
como pus de una llaga.
Señores electores, ciudadanos, ahora lamentamos la situación
de estas autoridades; pero acaso no diste tu voto a sabiendas que eran
candidatos inexpertos, con procesos judiciales, poco transparentes, pero si con
suficientes monedas para comprar tu voto. Pues amazonense, recapacita. Tú
tienes el poder para saber elegir y encumbrar el desarrollo de tus pueblos y tus
hijos.
Señores autoridades revocadas, o mejor dicho ex candidatos y
futuros candidatos; el ejemplo parte de ustedes. Transparenten a su pueblo que
los elige, eligió y elegirá, digan la verdad, no prometan más allá de lo que no
puedan cumplir o de su inexperiencia en gestión, o no escondan sus “anticuchos”
judiciales y morales. El mayor daño posterior, no será para ustedes, sino para
ese distrito, provincia o región que confió su voto en ustedes; o en otros
términos reales, compraron su voto. Las personas más vulnerables agradecerán tu
sinceridad, transparencia y capacidad de gestión.
Partidos y movimientos regionales, organícense y seleccionen
personas aptas, verdaderamente capaces y con altos valores morales para
desempeñar cargos públicos al servicio de los ciudadanos. No seleccionen al más
simpático, voluntarioso o al que más invierte en la campaña o tiene dinero para
comprar votos. Necesitamos partidos y movimientos fuertes con adecuados
estándares en su factor institucional y humano.
Las próximas elecciones regionales y municipales,
seguramente nos traerán las mismas sorpresas de siempre; aparecerán salvadores,
capacitados de cambiar nuestro atraso regional, conocedores de nuestra realidad
provincial y distrital, nos “degustaran” con sus promesas de “puentes donde no
hay ríos”; y los ciudadanos caerán nuevamente en los “hilos” poco transparentes
de nuestra cada vez alicaída política regional. Sepamos elegir, tenemos hombres
y mujeres amazonenses, verdaderamente capaces y probas que puedan guiar el desarrollo
de Amazonas, desde ahora concienticémonos y empoderemos que cada cuatro años
tenemos el “poder único” de saber elegir nuestras autoridades y el desarrollo
de nuestra región.