Lo más sorprendente es cómo se financió esta obra: la vivienda fue posible gracias a la venta de 100 pacas de material reciclado entregadas a la Planta de Reciclaje de Surco. “Con los recursos de ese material se hizo posible esta casa. Esto sí es luchar contra la pobreza de manera concreta”, destacó Bruce. El programa opera mediante un bono no reembolsable de S/ 32,100, generado íntegramente por la comercialización de residuos procesados, demostrando que la sostenibilidad ambiental puede ser la solución definitiva al déficit de vivienda.
Este convenio entre municipios, que cuenta con el soporte técnico de la empresa municipal EMUSS S.A., busca expandirse por toda la capital para masificar el impacto social del reciclaje. Mientras el alcalde Iñigo hizo un llamado para que más distritos de Lima Metropolitana adopten este modelo, Surco ya tiene la mira puesta en el futuro cercano: el objetivo es cerrar el 2025 con la entrega de aproximadamente 48 viviendas para familias en situación de vulnerabilidad, transformando la basura en esperanza y techos dignos.

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