La Amazonia es uno de los lugares de mayor impacto de violencia sexual, escasa presencia del Estado y alta tasa de embarazo adolescente, por ello el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos- Promsex realizó el estudio estimación del impacto y prevalencia de la violencia sexual contra mujeres adolescentes en Mazán, Loreto, que señala que hay una amplia prevalencia de la violencia contra las mujeres en este distrito: 79% de las mujeres encuestadas entre 18 y 29 años, declararon haber sido víctimas de violencia sexual en algún momento de su vida. De estas, 68% indicaron que han sido víctimas de violencia sexual cuando eran menores de 18 años y, sobre este universo, el 72% fue víctima de la primera agresión sexual entre los 14 y 17 años.
Según la investigación el 78% de las mujeres de Mazán, entre los 18 y 29 años, han iniciado su vida sexual antes de cumplir los 18 años (75% entre los 14 y 17 años, 3% entre los 9 y los 13 años de edad), lo que muestra una cifra menor a la reportada por la ENDES (INEI, 2012).
Jaris Mujica, investigador de dicho estudio sostiene que la investigación pone en evidencia el enorme sub registro que tenemos, así, solo el 3% de la data de información sobre violaciones declaradas fue denunciada. “En este distrito (Mazán) en el año 2011, el 97% de violaciones no fueron denunciadas, este patrón se están repitiendo en otras regiones del Perú. Contamos con información oficial precaria frente a un problema extendido y prevalente”, dice.
El estudio refleja el alto impacto que tiene la violencia sexual en el embarazo de las adolescentes en esta parte del país, el 56% de las adolescentes que quedaron embarazadas entre 14 y 17 años revelaron que la causa fue violencia. “En este caso estamos hablando de más de la mitad de la población, adolescentes embarazadas asociadas a la violencia. La violencia aparece aquí en una situación recurrente de alta victimización, de alto impacto pero que no aparece solamente en la violación sino que aparece en una cadena, una línea histórica”, señala Mujica.
Los datos de campo indican que solamente el 39% de la primera relación sexual declarada por las mujeres de la muestra ha sido consentida o producida sin que medien condiciones como la violencia, la coacción, el engaño, otros. Así, 61% de los intercambios de la primera relación sexual están asociados a alguna forma de violencia, de manera que este fenómeno aparece como un elemento regular y no como un asunto marginal.
En los casos declarados en el estudio se indica que en 72% del total de los agresores se implica a alguien cercano al entorno personal o de residencia de la víctima. Además, que en 21% de los casos se trata de alguien que, si bien no pertenece necesariamente al entorno directo de la víctima, aparece en el entorno de la vida cotidiana o de tránsito. Solo el 7% de los victimarios no eran conocidos por la víctima, el resto tenían o una relación de parentesco, amistad, profesor-alumna, o era alguien de la zona.
“Mazan es pequeño, tiene 13000 habitantes. Es decir que el 93% de los agresores están en el entorno de la víctima y es posible reconocerlos. Es terrible que la probabilidad que te viole un desconocido sea más baja que se alguien de tu entorno. En esta zona hay movimiento comercial, flujo de madera, petróleo. Si bien esto sucede con precisión en esta parte del país y la documentación es muy clara para probar esto, lo que nos dice que probamente también sucede en otras partes del país y que no es un asunto de lo rural y de la amazonia, esto seguramente este pasando en otras partes del país, en la costa, en la sierra, en Lima, a la vuelta de la esquina, es importante comprender la magnitud de esto”, concluye Mujica.
Fuente: Oficina de prensa de Promsex
Crédito foto: solo-ida.blogspot.com