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10 abr 2008

Inician campaña contra la contaminación por plomo en el callao

Lima, 10 / 04 / 2008

Una campaña destinada a solucionar en forma definitiva la grave contaminación que padece el Callao a consecuencia de los depósitos de plomo y su posterior transporte hacia el muelle portuario, inició ayer la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino.
La defensora instó al Ejecutivo, al Congreso y a las autoridades públicas y privadas a decidir “en el menor tiempo posible” por la instalación de una faja transportadora de minerales o de un puerto de embarque de minerales ubicado fuera de Lima.
Merino señaló que desde hace más de 60 años las zonas aledañas al puerto del Callao se encuentran contaminadas con metales pesados, como el plomo, condenando a hombres y mujeres, niños y adolescentes a desarrollar sus actividades en un ambiente que amenazaba su salud y sus vidas
“Estas sustancias tóxicas están dañando seriamente la salud y afectando las posibilidades de desarrollo de nuestros compatriotas. Lo más grave de esta situación es que a estas personas se les ha privado del derecho fundamental a vivir en un ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida” afirmó.
Merino inició esta campaña visitando el colegio María Reiche, en la avenida Contralmirante Mora, ubicado en medio de depós1itos de minerales. Esta zona ha sido considerada como peligrosa por la alta concentración de plomo en el ambiente. “En este colegio los niños tiene un bajo coeficiente intelectual a consecuencia del plomo en la sangre de los escolares que les impide tener un desarrollo normal de su vida. Algunos de cuarto año de primaria no saben leer bien” dijo.
El transporte de los minerales del las minas a los almacenes ubicados en zonas urbanas del Callao como Puerto Nuevo y San Juan Bosco, ha producido una enorme contaminación que ha afectado a más de 80 mil pobladores de los asentamientos humanos mencionados y también de Santa Marina Sur, Santa Marina Norte, Barrio Fiscal 1 y 2, Centenario, Ciudadela Chalaca, Barrio Frigorífico y Chacarita.

Fuente: Noticia Local - Agencias

26 ene 2008

Con plomo en la sangre

Londres, 26 / 01 / 2008

Por: Andrés Schipani de la BBC - Especial de la BBC

A casi 3.800 metros de altura todo parecería indicar que el aire de los Andes peruanos es limpio, puro y bueno para los pulmones. Pero al acercarse a la ciudad de La Oroya y ver el valle dominado por la fundición de metales y su altísima chimenea echando gases con un elevado contenido de plomo y arsénico, uno cambia inmediatamente de parecer.
Respirar pasa a ser una ardua tarea, toda comida y bebida tiene gusto metálico, los ojos lagrimean constantemente, la garganta comienza a arder y las caras que se ven por las calles dan muestra de cómo la polución está afectando la calidad de vida de la población local.

La Oroya es una pequeña ciudad de 30.000 habitantes que vive casi exclusivamente de la fundición, propiedad de la compañía Doe Run Perú, anclada en el valle. Por segundo año consecutivo ha sido catalogado uno de los lugares más contaminados del mundo por el Instituto Blacksmith de investigaciones ambientales de los Estados Unidos.

Si bien muchos de sus habitantes prefieren callar por miedo a perder su fuente trabajo, algunos han roto el silencio. Éste es el caso de Pedro Córdoba, trabajador de la planta, quien habló con la BBC: "Yo tengo cáncer en mis pulmones debido a los gases que he respirado después de tanto trabajar en la planta".

"¿Cuánto tiempo más vamos dejar que se violen nuestros derechos? Esto es una violación no sólo al medio ambiente sino también a los derechos humanos", agrega enfáticamente.
Riesgo constante

Pero el sector mas vulnerable de la población son los niños quienes pueden sufrir trastornos tanto respiratorios como óseos, de crecimiento y neurológicos.
Un estudio realizado hace dos años por el Ministerio de Salud de Perú ha demostrado que casi el 99.9% de los niños menores de seis años estudiados en La Oroya tenía altos niveles de plomo en la sangre.
Estos niveles pueden llegar a superar hasta en siete veces los establecidos como tolerables por la Organización Mundial de la Salud.
Y esto en parte se debe a que las madres gestantes sufren de un riesgo constante. Según cuenta Mariluz, mirando la fundición: "Yo estoy convencida que mis hijos han nacido con plomo en la sangre."
Su afirmación es sustentada por el neurólogo local, el Dr. Hugo Villa quien recientemente ha realizado un estudio -junto a otros doctores locales-, que demuestra que los niños ya nacen contaminados.
"Todas las generaciones de Oroyinos que están naciendo, están naciendo con niveles de plomo alto... La Oroya está en una grave situación de salud pública".

Y en los peores casos, las consecuencias pueden ser fatales. "Yo no descarto que muchas muertes de niños se deban a esta problemática de la contaminación", agrega el Dr. Villla.
Ese ha sido el caso de la hija mayor de Mercedes Inga, quien falleció el año pasado. "Mi hija por el arsénico y el plomo ha tenido cáncer; mi hija sufría dolor de huesos, dolor de piel. ¡Cuánto ha sufrido mi hija antes de morir!".

Responsabilidad compartida

Si bien se responsabiliza a la compañía, un reciente convenio entre ésta y el Ministerio de Salud de Perú hace que para algunos, las cosas no estén tan mal y se estén viendo resultados positivos.

"Contaminación hay, pero yo no veo que la situación sea tan crítica como dicen... El convenio, la empresa y el Ministerio de Salud están haciendo las cosas bien", le explicaba a la BBC Rocío Mejía, una de las promotoras de salud.
Y Doe Run Perú afirma haber asumido mas obligaciones de las que estaban originalmente previstas cuando tomaron el control de la fundición hace diez años.
La compañía asegura que ellos "reinvierten casi todas las utilidades del negocio en proyectos ambientales" y que el problema se debe a una "polución histórica" dejada por sus predecesores (primero la empresa privada Cerro de Pasco y luego la entonces empresa estatal Centromin Perú) y muchos años sin una política ambiental adecuada.

Según la compañía, recién durante este año se han empezado a ver resultados positivos, como "una reducción del 50% de las emisiones de plomo y arsénico (pero que)... por la magnitud del problema hay mucho que como empresa escapa nuestras posibilidades".
Pero no todos confían, y gran parte de los habitantes de La Oroya siguen esperando simplemente que alguien -sea la empresa o el Estado peruano-, tenga la determinación suficiente como para tomar serias cartas en el asunto y controlar lo que expulsa lo que algunos llaman la "terrible" chimenea.
Uno de ellos es Miguel Curi, uno de los líderes del Movimiento de Salud por La Oroya (MOSAO): "No podemos permitir que con tanto avance de la tecnología una compañía siga contaminando, siga envenenando el aire y así los pulmones y la sangre de nuestros niños."
Fuente: BBC de Londres