10 abr 2008

Salud mental: dignidad y no estigmas

Lima, 10 / 04 / 2008


César Martínez(*) es una persona con esquizofrenia, que desde los 17 años recibe atención psiquiátrica y farmacológica a través de EsSalud.
Durante años ha luchado contra el estigma y las falsas creencias que llevan a su familia y entorno inmediato a considerarlo en “desventaja” frente a la vida, pensando que necesita “vigilancia permanente”.
Hasta la fecha, César ha sido internado cuatro veces contra su voluntad, por periodos de hasta dos meses, lo cual ha afectado su vida laboral, social y educativa. En ningún momento se buscó su consentimiento. Por el contrario, su voluntad de recibir el tratamiento fuera del hospital fue ignorada bajo el argumento de que los síntomas de su enfermedad persisten.
El Día Mundial de la Salud nos hace pensar en los casos de personas con enfermedades mentales como César, que ahora vive reintegrado a su vida laboral, familiar y social, así como nos lleva a exhortar a que las instituciones públicas y de la sociedad civil se sumen al esfuerzo de lograr la atención integral de las personas con diagnósticos de enfermedades mentales y su inclusión a la sociedad como personas ciudadanas en el ejercicio de sus derechos.
Según Elsa Bustamante, responsable de la “Iniciativa para la Inclusión de las Personas con Discapacidades Mentales” de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), los internamientos involuntarios deben ser restringidos a situaciones de emergencia, pero en la medida de lo posible se debe contar el consentimiento libre e informado de la persona.
Desafortunadamente, la Ley General de Salud ha sufrido tantas modificaciones, desde su promulgación en 1997, que aún no ha sido reglamentada, por lo que no se puede especificar cuál es el tiempo mínimo en que una persona con diagnóstico de enfermedad mental internada involuntariamente debe dar su consentimiento informado. Así se generan lamentables casos de desamparo legal como el de César.
La práctica, el enfoque de tratamiento y la rehabilitación aplicados, en muchos de los casos de personas con enfermedades mentales, son contrarios a lo que en los últimos años se ha desarrollado en materia de normas internacionales de derechos de las personas con discapacidades mentales y que han sido suscritas, incluso, por el propio Estado Peruano.
En estas normas se señala que todo tratamiento debe ser lo menos restrictivo posible, buscando que las personas puedan rehabilitarse en su entorno familiar, social y comunitario. En este sentido, la “Iniciativa para la Inclusión de Personas con Discapacidades mentales” busca difundir y promover la importancia e implementación de estos nuevos enfoques en nuestro país.
César ha podido enfrentar el estigma y discriminación y actualmente está impulsando una organización social de su zona y participa activamente por la defensa y protección de sus derechos en una red de usuarios de servicios de salud. Esperamos que más personas como él puedan ejercer sus derechos como ciudadanos.

Fuente: Aprodeh

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